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jueves, 24 de agosto de 2017

JUAN AGUILERA, ELEGIDO POR EL VIOLONCELO

He conocido al músico Juan Aguilera y desde un primer momento me interesó, tiene algo especial que atrae y al conversar con él se aclaran algunas cosas. La verdad es que está enamorado de lo que hace y disfruta con ello. Le he hecho una entrevista y aquí está. -¿Cómo llegaste a Alcalá la Real? -Pues porque hice oposiciones para profesor de violoncelo y había plaza en Alcalá. -¿Cómo fueron los inicios con la música? -En mi casa siempre se escuchó música desde que nací, entonces mi padre no es músico de profesión pero si de vocación, rockero y en mi casa siempre se han escuchado distintos tipos de música: clásica, jazz, flamenco, rock, de todo; y por parte de mi madre había un poco de tradición de música clásica. -¿Cómo llegaste a ser profesor de violoncelo? -En mi caso, en realidad, el flechazo con el violoncelo fue al año y medio de empezar, tendría nueve o diez años y con esa edad llegué a esa decisión, fue un flechazo. -¿Qué representa la música para ti? -No es solo mi forma de trabajo, sino que es la mejor manera de relacionarme con el mundo y además me da mucha disciplina que es lo que necesito para no caer en el caos. -¿Cómo ves el panorama musical en Alcalá la Real? -Supongo que depende de qué tipo de demanda haya porque en realidad en el mundo del que yo vengo, de la música clásica, podría estar mejor; hay una especie de concepto sobre la música clásica de que es excesivamente culta y de hecho lo es, excesivamente complicada y también lo es, y excesivamente formal y de hecho lo es, pero habría que promover su entendimiento con muchas más actividades porque es muy buena, hace mucho bien socialmente me refiero. -¿Cómo son los alumnos que te has encontrado en Alcalá la Real? -Pues, tenemos un conservatorio pequeño y desde la delegación de Educación nos dan pocas plazas, no todos los niños que quieren entrar, pueden hacerlo, siempre entran los más pequeños en general y en concreto los que yo tengo, al ser clases individuales no es lo mismo que darle a quince niños a la vez sino que es una enseñanza muy personalizada y en general los niños alcalaínos son muy musicales, muy vivos, muy despiertos y con muchas ganas de hacer cosas. -¿Para qué sirve la música? -Para todo lo que quieras, en realidad es para eso, para todo lo que quieras; es música en la medida que tú quieras que sea música, es una ventana que se te abre para lo que quieras, pero es complicado. A mí me enseñaron en casa que la música sirve para hacer que las personas estén mejor pero, también, puedes estar muy mal con la música y también puedes buscar ese querer estar mal y se consigue.
-¿Qué tipo de actuaciones haces? -Intento moverme en la medida de mis posibilidades, soy una persona muy estudiosa y no lo digo como auto halago, ni mucho menos, pero es una realidad y soy muy pasional con mi instrumento, entonces siempre estoy montando repertorio nuevo y explorándolo que eso una vez que llegas a tener trabajo fijo, la gente se suele parar un poco pero no es mi caso y en concreto en Alcalá intento tocar al menos tres o cuatro veces al año por una cuestión comunitaria de compartir lo que hago con el pueblo y también porque creo que es muy importante que mis alumnos me vean tocar y recuerdo la adoración que tenía con mi profesor cuando lo veía tocar, no solamente en clase sino en un escenario y eso marca. -¿Qué experimentas cuando interpretas? -Hay una parte muy mecánica y muy analítica y matemática, de pensar formalmente por donde voy y luego hay una parte mucho menos sujeta que es la parte más emocional, entonces depende del tipo de obra que estés tocando, pero se puede explorar prácticamente cualquier sentimiento. -¿Qué se puede hacer con la música para la sociedad? -La música como con todo es una arma muy poderosa y se puede buscar, en el sentido de que yo estoy muy en contra de todo aquello que nos dan para que lo consumamos tal cual, entonces la música tiene un campo tremendamente grande en el que buscar cosas que tú quieras y a la vez puedes ser contestatario, es decir, puedes decir no, no quiero esta música que me obligan a consumir porque es sistémica… En la música se pueden encontrar muchas cosas pero sobre todo ser contestatario. -¿Cómo ves el panorama cultural en Alcalá la Real? -No lo veo mal, se podrían hacer muchísimas más cosas y yo intento moverme y hacer cosas para el pueblo y movilizar a mis alumnos para que participen en el pueblo, a veces tenemos más ayuda, a veces menos ayuda del Conservatorio y del propio Ayuntamiento, pero Alcalá tiene espacios muy bonitos para la música y debería ser más diversificada, más abierta a lo que la gente pida. -¿Te hubiera gustado actuar en los Festivales? -Sí, me hubiera gustado, quizás ha sido por dejadez, por no haberme acercado al Ayuntamiento, pero si he tocado el primer año que estuve aquí, en el año 2012, y desde entonces no he interpretado en los Festivales y me encantaría intentar moverme allí. -¿Están formados los alcalaínos para la música clásica? -La palabra formación es peligrosa porque claro cuando un arte necesita de formación para ser entendido, se hace un poco compleja la cuestión pero si hace falta más formación, más variedad, hace falta que la gente desee este tipo de música y que le pierda el preconcepto que hay sobre que es complicada, que es elitista, de ricos, burguesa, que lo es, las cosas como son, pero estamos haciendo cosas y hago pequeñas quedadas, pequeños seminarios para escuchar pequeños fragmentos de música e invito a padres y a niños y se pueden hacer cosas y se están haciendo cosas. -¿Es la música universal? -Sí, es universal, pero en concreto la música clásica es una hija de Occidente, no significa que no la pueda entender un africano pero es más complicado, es un lenguaje muy de la vieja Europa, es un lenguaje artístico de la vieja Europa, lo es y se dicen cosas filosóficas y conceptuales muy de la vieja Europa y llegar a la parte sustantiva del lenguaje musical o del fenómeno musical, no sé, yo no diría que es universal, desgraciadamente.

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