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martes, 14 de marzo de 2017

EL BARRIO DE LA IGLESIA DE FRAILES

Con el nombre de barrio de la Iglesia se agrupan un conjunto de calles que nacieron al amparo de la parroquia de Santa Lucía y a lo largo del tiempo han continuado unidas, formando un conjunto arquitectónico igualitario y con peculiares características respecto a los demás barrios de la población. Aunque no existe una denominación oficial, toda la población lo llama de este modo, constituyendo desde el siglo XVIII el centro político y religioso de la villa, debido a que en el mismo siempre han estado ubicadas las sedes de la parroquia la Casa Consistorial. Entre sus principales calles destaca la plaza de Miguel de Cervantes, que hasta que llegaron los socialistas al poder se llamaba Plaza de José Antonio, es un pequeño círculo, alrededor del cual se sitúan diferentes casas, algunas de las cuales tienen mucha historia, como la Casa de los Amandos, que fue construida por el deán Mudarra y proyectada a principios del siglo XIX para que veranearan los infantes de España. Hasta 1982 estuvo allí el edificio del Ayuntamiento, donde ahora está la Casa de la Cultura y comprendía las dependencias municipales, el Juzgado de Paz y la cárcel.
En esta plaza y sus aledaños, puerta de la iglesia y calle Rafael Abril, se instalaba hasta 1981 la feria en honor a San Miguel. En una de las casas de la placeta se colocó la central telefónica, cuando estos aparatos eran manuales y funcionaban con manivela. Era un artefacto rectangular, con muchos enchufes y a través de ellos se comunicaban los distintos teléfonos, gracias a la paciencia de la telefonista doña Ángeles.
Debajo de la Telefónica frailera había un pequeño casino que estaba regentado por Adela. Era un bar muy pintoresco, cuyos clientes principales eran los funcionarios municipales, junto con los vecinos del barrio, y los sábados y domingos, al celebrarse la misa obligatoria, era visitado por un gran número de personas que al aburrirse en misa, abandonaban la iglesia y se tomaban un vermourth con sifón en casa de Adela. Justo al terminar la pequeña plaza de la iglesia, comienza la calle Rafael Abril, en honor de un diputado conservador alcalaíno, en su número uno se conserva la llamada ‘Casa de don Fermín’, un pequeño médico que tuvo mucho poder e influencias en su época. En esta pequeña y estrecha calle también se encontraba en aquellos tiempos la farmacia, siendo trasladada después a la Plaza del Rector Mudarra y más tarde a la calle Santa Lucía.
Otra calle de este barrio es la llamada Parrizas, que junto con la Sin salida, llamada así porque hay que volver atrás para salir de ella, van formando el entramado de este barrio, había casas de yeso y piedra de dos pisos que constaban de salita, cocina y en el piso de arriba las cámaras y los dormitorios. Allí, se instalaron un grupo de ecuatorianos que se buscaron la vida y trabajaron en la construcción y más tarde alguna familia rumana. Al lado de la calle Parrizas se encuentra la Santo Rostro, conocida popularmente como Plaza de los Toros, dicen que por celebrarse allí las corridas a finales del siglo XIX. Es una vía con buenas vistas a la carretera y al monte Cepero, siendo un punto estratégico para controlar a los coches que entran y salen de la villa. Subiendo una empinada cuesta de esta misma calle, se estrecha y va deslizándose entre dos paredes, enlazando con la calle Huertas, en la misma antes no había casas, pero el boom inmobiliario ha hecho que ahora sea una de las principales por sus nuevas edificaciones. Con este itinerario es como si hubiéramos dados una vuelta completa a todo el barrio y otra vez nos encontramos en la puerta de la iglesia. Desde allí, y dirigiéndonos hacía la izquierda, comienza la calle Santa Lucía, en honor a la patrona de Frailes. Esta ha alcanzado su apogeo en los últimos años. Anteriormente era conocida como el paraje de las huertas de Merceditas, porque había una gran cantidad de ellas, desde la iglesia hasta la plaza del Rector Mudarra había una gran cantidad de nogueras que junto a los cerezos, perales y manzanos daban un aspecto paradisíaco en primera. La única casa que había construida hasta los años 1960 era la de don Antonio Alba, con una gran noguera en el patio y un gran huerto donde se cultivaban verduras y hortalizas. Ahora la calle Santa Lucia es una de las más importantes, donde se ha instalado el Ayuntamiento, el colegio público Santa Lucía, el consultorio médico, el pabellón polideportivo, el bar el Charro y la modernidad frailera. Además, todos los viernes se celebra el mercadillo y la gente acude a visitarlo.

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