Fui a la manifestación de Granada por una sanidad para los ciudadanos el pasado 15 de enero de 2017. Quería ver de primera mano lo que sucedía allí. Había gente mucha gente, la mayoría bien vestidos, en un ambiente de alegría. Ví a Iñigo Errejón y tenía cara de niño, unos le aplaudieron, otros le decían que se fuese. Le hice una foto y le dí la mano, me sonrió.
Hice el recorrido con algunos amigos, me sentí libre andando por la Gran Vía granadina. Aquellos lemas 'Dos hospitales completos', la gente con nariz de payasos, los pitidos, los globos, el sol de Granada, 'dos hospitales completos', gritaban sin cesar.
Había gente que contó su historia, las deficiencias de la sanidad andaluza. Sentí que la gente que se moviliza por una causa justa, puede conseguir lo que desea, sentí que cuando la ciudadanía sale a la calle,se interesa por cosas importantes y no dejas que esas cosas las decidan solo unos pocos iluminados.
Miles de personas pueden saber más que una élite que quiere imponer un sistema sanitario. 'Dos hospitales completos' es mejor que una fusión.
Hay gente que dice que se ha conseguido lo que los manifestantes pedían, que ha sido firmado por los sindicatos y la Junta de Andalucía. Jesús Candel y su equipo dicen que los están engañando. La sanidad pública la pagamos todos con nuestros impuestos, no es una donación que nos hace la Junta de Andalucía; los ciudadanos quieren una sanidad mejor y ello es posible porque la hemos tenido antes.
Al final de la manifestación escuché a los organizadores, todos contaban con los ciudadanos, todos dijeron palabras que los manifestantes aplaudieron.
La sanidad pública es necesaria porque llega a todos, hay que luchar para que no vaya desapareciendo, para que todos podamos usarla y sea el sostén esencial para los enfermos y pacientes. Para ello, los ciudadanos deben defenderla, salir a la calle y reivindicarla cada día, pedir responsabilidades a los que la dirigen y ser responsables con ella. Y lo mismo hay que hacer para defender la educación pública, y también para defender la auténtica democracia.
El pueblo es el motor de la democracia y para la defensa de nuestros derechos. La democracia hay que cuidarla, defenderla y si es necesario salir a la calle todos los días, cuanto más gente mejor, porque ser demócrata es compartir una vida mejor con todos los ciudadanos.
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