La Sierra de la Martina sigue ahí poderosa, escondida entre los términos municipales de Alcalá la Real, Castillo de Locubín, Frailes y Valdepeñas de Jaén; es como un pulmón de aire fresco que se va repartiendo a lo largo y ancho de su gran extensión.
La Martina puede ser el núcleo de unión entre estos municipios antes citados, que cuentan con una serie de características comunes que la hacen especial y única.
Subir desde Frailes a Valdepeñas de Jaén por esta sierra, es trasladarse a un mundo de curvas y contracurvas con una carretera muy estrecha y con unos paisajes que se quedan dentro de la retina para mucho tiempo.
La Diputación Provincial de Jaén se ha ido acordando dejar esta carretera en buenas condiciones y con una seguridad adecuada, colocando parachoques de hierro en los lugares más peligrosos.
Se puede acampar o descansar en la Fuente del Raso, donde hay agua en abundancia y además hacer algún guiso de la zona y compartirlo con los familiares y amigos. Desde allí, los picos más altos se pueden ver y además una serie de habitantes que son una identidad de la zona, como el conejo, la perdiz que viven en auténtica libertad y además, la Martina acoge a un gran número de rebaños de cabras y ovejas, que con una valla entre grandes extensiones de terreno, pueden vivir en semilibertad, comiendo una hierba virgen y situados en un lugar privilegiado.
Una serie de viñas de montaña se pueden observar desde el cortijo de los Pepillos, que han ido desapareciendo porque cultivarlas costaba mucho trabajo, pero que en el siglo pasado fue un sostén para las familias propietarias; con pequeñas parcelas, limpiadas de todo tipo de piedras que daban una cosecha de trigo, garbanzos o algún otro cereal.
Ahora, la Martina se ha convertido en un lugar muy visitado por los deportistas, que la recorren corriendo y andando en las cuatro estaciones del año. Incluso haciendo carreras importantes de Orientación o encima de uma bicicleta como la prueba del Dessafio que cada año tiene lugar por estos lares con cientos de ciclistas participando.
La Sierra de la Martina es un lugar donde se pueden buscar las mejores setas de cardo de la comarca, un fruto que es ‘perseguido’ por muchos aficionados, sobre todo cuando comienza el otoño y el invierno, pero para ello es necesario que antes haya llovido para que las esporas puedan aportar su ritual.
Igualmente, a lo largo de la Martina se pueden ver casas rurales y algún restaurante, como en la Hoya de Charilla, donde hubo dos restaurantes y ahora funciona solo uno, con platos típicos, como el rico choto de la tierra que tiene un sabor especial y es un gran bocado para los paladares más exigentes.
Por otro lado, la Martina es como un ‘paraíso’ para la caza del conejo, liebre y sobre todo la perdiz que es característica de la zona y que sobre todo en el mes de febrerose puede cazar por el método del ‘cuco’, es decir a través del cante de un pájaro de perdiz, que con él atrae a otros machos y hembras de esta misma especie.
Grandes encinas, prados verdes, aire fresco, un paisaje poderoso es lo que ofrece la Sierra de la Martina al visitante, pero además es como un monumento al medio ambiente, por eso son muchos los deportistas y aficionados a andar y correr que cada vez la visitan más. Es todo un placer poder subir a la Martina y además es como una seña de identidad de los municipios de esta comarca que forman la Sierra Sur.
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ResponderEliminarSanti magnífico relato.
ResponderEliminarEn una "oficina de turismo" física o virtual haría las delicias de propios y extraños.
Comparto tu "Martina" con el mundo, mundial... vía "Déjate querer por Frailes" e instaFRAILES