Los malos augurios desaparecieron cuando Sara Montiel
se presentó en la única Estación de Servicio del municipio el pasado
día 12 de junio de 2001, sobre las 8 de la tarde. El sueño de Michael
Jacobs, el escritor inglés que organizó este acontecimiento, se hizo
realidad y las dudas de la venida de Sara Montiel a este pequeño pueblo
de la Sierra Sur desaparecieron al instante.La famosa actriz manchega
fue alojada en un típico cortijo andaluz, propiedad del empresario
Santiago Pérez Anguita y fue agasajada con una fiesta y comida campera
con la presencia del director inglés de cine Jhon Shahriazarian y los
productores sevillanos Francisco Millán y Antonio Pérez, junto con otros
invitados.
Durante la mañana del día 13 de junio se ultimaron los
preparativos para que todo estuviese en orden . El Cinema España
apareció completamente remozado. Carteles de Sara Montiel colgaban de
sus paredes. Todo recordaba al viejo cine de los años 1950 y 1960 y
parecía un sueño hecho realidad. La taquilla estaba dispuesta, las
butacas ordenadas, el ambigú preparado para servir bebidas en el
descanso.
Los medios de comunicacíón habían tomado este pequeño
pueblo. Más de veinte diarios, diversas emisoras de televisión, agencias
de información se desplazaron durante toda la mañana y parte de la
tarde para la rueda de prensa que se celebró en la Casa de la Cultura a
las seis y media de la tarde. Allí le esperaba la Corporación en pleno y
una gran multitud que coreó su nombre y la piropeaba a los gritos de
¡guapa, guapa! Sara Montíel se mostró como la gran diva que es.
Manifestó que la gente es la que hace el Pueblo y que la seguían
queriendo como el primer día. Después, desplegó toda una serie de
anécdotas de su vida personal y de sus películas. Desde 'Pecado de
Amor', donde se identificaba con una prostituta, hasta 'El último cuplé'
que nadie quería hacer porque Juan de Orduña no tenía dinero y tuvo que pedir a su hermano un millón de pesetas. Sara
añadió que ella marcó un estilo en aquella época, alegando que se
adelantó a su tiempo y desde muy joven gozó de amplias miras de
pensamiento y de libertad. También evocó a los hombres con los que ha
convivido, dándoles el galardón de inteligentes y comprensibles. Para
ello, una de las cosas más importantes es el sexo. Animó a los fraileros
a que lo practicaran porque parece que el sexo está prohibido, y tanto
las mujeres como los hombres necesitan practicarlo para vivir en buena
armonía.
Por último, subrayó que su libro de memorias se está
vendiendo «como rosquillas» no sólo en España sino en todo el mundo.
Subrayando que en USA se encuentra entre los cinco primeros autores por
número de ventas. Los numerosos fraileros que se agolparon en el salón
de actos de la Casa de la Cultura no hicieron más que aplaudir todas las
respuestas que iba dando esta mujer que en todo momento se ha mostrado
como una mujer de bandera. No ha pedido ninguna cosa estrafalaria.
Solamente comió con todos sus acompañantes unos platos; de jamón, queso y
merluza y durante el día 13 pídió un filete de ternera.
Estaba realmente espléndida con un traje largo azul fucsia, su gran puro en la mano y una sonrisa amplia y segura.
Posteriormente, se trasladó al Cinema España, donde a las
21 horas se proyectó su película 'El último cuplé' y refiriéndose a ella
dijo que hizo las canciones de esta película porque falló la cantante
que debía hacerlas y Juan Orduña le pidió que las interpretara, cosa que
hizó muy bien y la llevó al estrellato.
Los vecinos de la villa que durante algún tiempo habían
dudado de la presencia de Sara Montiel para este acontecimiento, se
veían desbordados por tanto preparativo de los medios de comunicación.
El Cinema España era un hervidero de entradas y salidas, técnicos de
imagen y sonido de las productoras, vehículos que subían y bajaban,
curiosos que merodeaban en los alrededores. Era el día del Cinema
España, en esta misma fecha, se cumplían 52 años de su apertura. Nadie
en este lugar se había imaginado que este edificio podría abrir sus
puertas de nuevo y albergar en vivo y en directo la presencia de la
famosa actriz Sara Montiel, que en 1957 hizo vibrar con su película "El
último cuplé" a los fraileros de aquella época que colapsaron el local,
llegando espectadores de toda la Comarca para ver a una joven y bella
Sara Montiel.
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