-¿Qué resumen
hace de la cultura alcalaína en estos últimos años?
-Había que hacer un resumen de la primera legislatura y después un
replanteamiento o viraje que he pretendido darle en esta segunda etapa. En la
primera, yo reconociendo los dos fracasos que tuve, que son los dos de tipo,
digamos, ideológico y que se concretan en que no es posible cambiar la letra
del himno alcalaíno, un himno que para mí no tiene ningún sentido que habla de
unos temas y con un vocabulario de otros tiempos, muy imperial, muy guerrero;
creo que esperaba hacer una letra mirando al futuro, donde la integración y la
multiculturalidad y el patrimonio se cantara de otra manera y en eso fue un
fracaso y parece y lo pongo siempre como ejemplo que un incidente sin
importancia para mí, sí la tiene porque refleja lo que es el trasfondo
ideológico que debe estar siempre en una concejalía de Cultura. En esta segunda
legislatura se ha arreglado mucho con la separación de la misma entre cultura y
festejos, ha sido una gran decisión que además tiene un gran valor pedagógico
porque la gente se está acostumbrando a separar ambas materias y eso era uno de
los objetivos que se pretendía y mientras estuvieran juntas esas dos
competencias, sería muy difícil separarlas. Poco a poco esto se va entendiendo
y creo que ha sido bueno. El otro fracaso es el tema de las cofradías, es un
tema tabú que yo, al menos, me considero impotente para arreglarlo, entonces,
pues nada, he dejado esas competencias. A mí me han liberado de un trabajo en
el que realmente me sentía sinceramente fracasado.
Estoy muy contento de dos o tres programas que sí han calado: el programa
Efemérides, era un programa de cultura laica, son nueve fiestas que pretenden
fundamentar valores sociales y democráticos, como la libertad, la tolerancia,
como un esfuerzo por la multicultura, y estoy contento porque el pueblo lo ha
entendido, de tal manera que Efemérides es una referencia que creo que seguirá
como alternativa a todas las fiestas religiosas que tiene Alcalá y que en fin,
está muy bien que las tenga pero que deberíamos tener un calendario festivo
paralelo de carácter laico y en ese sentido se está haciendo bien en sus dos
campos: en la escuela se explica y comenta el manifiesto y por las tardes a
base de un acto como un concierto o teatro.
Fue una pena que por la cuestión de la crisis y esa fue la razón
desapareciera el programa Municipalia que pretendía que las aldeas se
incorporaran también a la cultura, entonces celebramos cuatro fiestas
aprovechando las estaciones del año: la matanza, la era, el vino y el remate.
Funcionó bien pero había que recortar y se hizo.
Contento, también, de que a la cultura se le ha dado una base humanística y
filosófica, con los dos ensayos que se han escrito se están leyendo muy bien,
los están pidiendo mucha gente y aquí hay, al menos, un fundamento histórico de
lo que se entiende, siempre desde un socialismo utópico, por cultura y creo que
se están incorporando algunos colectivos que no se incorporaban y hay otros que
no lo han hecho y no lo van hacer.
-¿Seguirá aspirando a la concejalía tras esta legislatura?
-Tengo dicho por ahí y lo que digo lo pienso y lo que pienso, normalmente,
lo hago que creo que está bien ocho años, es un tiempo suficiente para haber
hecho algo de lo que quería, tampoco conviene enraizarse porque caes en el
hábito, y conviene dar paso a gente con otras ideas.
-¿Qué piensa, en general, de los alcaláinos?
-Bueno, recuerdo que Amici Culturae organizó una mesa redonda sobre eso que
llamó ‘la esencia alcalaína’ o si había una manera de ser típica alcalaína y
allí dije lo que pensaba. Creo que el alcalaíno tiene grandes valores pero
tiene también algunos defectos que casi, casi, casi, son menos pero en mi
opinión son más graves y a mí me da un saldo no muy positivo. Es una persona
hospitalaria, abierta, más con la gente de fuera, facilón para dar homenajes a
los de fuera y es más difícil para reconocer a la gente de dentro. Es una
persona que está orgullosa de su pueblo, en el sentido de que lo defiende y eso
es positivo sin caer en el chauvinismo y después creo que es un hombre
interesado por la mejora social y económica e incluso por el mismo y los suyos.
Es un pueblo muy pegado a la tradición en el peor sentido de la palabra; la
tradición es algo que hay que conservar pero no todas las tradiciones y no todo
lo que entra en ella, habría que razonar qué tradiciones, qué tipos, qué
elementos son sustituibles porqué sino nada entonces podría evolucionar, por
ejemplo muy apegado a la cofradía, a las procesiones, a un folclore que eso en
el siglo XXI es negativo. Y quizá, también, una persona que como resultado de
lo primero, en el fondo es inmovilista. Sí aplaude, a lo mejor, lo nuevo pero
cuando se le dice que hay que evolucionar o se le invita a cambiar hábitos, le
cuesta mucho trabajo. Y a la gente de aquí, normalmente, la trata peor que a la
de fuera.
-¿Cuáles son las prioridades de su vida?
-Si esa pregunta me la hubiera hecho hace 50 años… Siempre lo he dicho y
creo que lo entiende la gente y no hay ninguna presunción en ello que yo ya
tengo el currículum hecho y lo he dicho muchas veces y para bien o para mal lo
que he servido o no, ya prácticamente está agotado, es decir estoy despidiendo
el currículum, pero lo que ha sido importante en mi vida y en ese sentido, a lo
mejor, he fracasado, me considero una persona honestamente muy profesional, he
dado muchas horas con ilusión y ganas y lo tengo en mi haber y nadie me lo va a
quitar, he creído que a través de la enseñanza se puede cambiar la sociedad.
Después, tengo la gran suerte de que he conseguido a ser profesor de
Literatura, el unirle la afición literaria y eso poca gente lo puede decir que
trabaje en una cosa que además te gusta, con ello disfruto y me divierto.
En otros valores, creo que en otros tiempos he debido hacer algo más por la
sociedad, yo me fui del PSOE en el año
1982, pero fue por una serie de hechos que ocurrieron en Granada, con gente
trepa y me fui cuando ganó Felipe González.
Me hubiera gustado, siempre lo he dicho, ser un mejor referente familiar y
ahí deba entonar el mea culpa en muchas cosas, no solo por el tema de mi
separación en el año 1981 sino porque realmente creo que quizás la familia como
prioridad y como objetivo ideal la he tenido un poco más descuidada. En donde
fracasa uno es lo más importante, es en el amor; esa lucha del amor, lo que
pasa es que Benedetti y Neruda lo dicen muy bien. ‘El amor bien entendido es
esa batalla que siempre terminar perdiendo pero cada día te levantas
queriéndola ganar’. Y ahí tengo mis luces y sombras, pero también lo decía
Neruda ‘para sufrir he nacido y confieso que he vivido’.
-¿Cómo serán los Festivales de Agosto?
-Están prácticamente cerrados y mira el formato es que no da para más. Son
casi como siempre, entre otras cosas lo que sí me interesó cuando llegué aquí,
es distinguir los festivales o aprovechar Etnosur para en los festivales dar
otra muestra, otra cara. Si en Etnosur estamos ante un evento exterior,
cosmopolita que la gente de fuera nos enseña, nos muestra lo que hace. Pensé que
los festivales deberían ser algo de Alcalá que se mostrara y en ese sentido se
está consiguiendo, por ejemplo hay una gran aportación de los grupos
alcalaínos, no solamente de música sino de pintores y de artistas que creo que
no son solamente la coral o la banda de música, o incluso Amici Culturae sino
muchos que desde el punto individual y en pequeños grupos están presentes y se
dan a conocer. Por ejemplo, en la exposición de Expopinta vamos a incorporar a
un señor que se llama Liranzo con ochenta y tantos años que tiene su casa llena
de artículos hechos de artesanía, en hierro, en madera que hace auténticas
maravillas y está ahí y habrá 300 0 400 objetos.
Entonces el formato es más o menos lo mismo, otra vez la zarzuela,
considero que la zarzuela haya una coral que la escenifica muy bien y como
elemento coral entra de lleno en los festivales, con distinto programa.
Tendremos otra vez Expopinta, Countrymass, el concierto de la Pep Ventura que
es un concierto maravilloso y con un programa de categoría y con siete u ocho
solistas que son ya profesionales. Habrá teatro clásico de corte nacional y con
más prestigio, con grandes premios conseguidos y dos obras más de relleno. Son
conciertos, recitales, teatro y música.
-¿La cultura vecinal se tiene que financiar por el Ayuntamiento?
-Leía el otro día un ensayo sobre el mecenazgo y le pagaban a los artistas,
creo que el mecenazgo debe de existir y creo que la subvención debe eliminarse.
Entendiendo por subvención lo que se hace por ejemplo en Alcalá, no se puede
subvencionar por el hecho de ser una simple asociación, uno se lo gasta en
arroz caldoso y ponche, el otro en arreglar el Cristo y el otro en otra cosa.
Creo que pretendo llevar el cambio de esto. Subvencionar por programas, de tal
manera que cada asociación debe presentar un programa de actividad, con su
presupuesto, objetivos, calendario, itinerario y entonces el Ayuntamiento puede
subvencionar programas. Creo que es una polémica que está en la actualidad,
unos dicen lo del pesebre, otros lo del pan y circo, etc. La cultura siempre,
siempre, siempre ha sido subvencionada o por lo menos ha sido, de alguna
manera, financiada por la autoridad de cualquier tipo. Lo que ocurre que creo
que las circunstancias se deben cambiar o al menos las condiciones. Pero que un
Ayuntamiento financie la cultura vecinal no lo veo mal, de verdad. Creo que las
asociaciones deberían, por todos los medios, buscarse otros medios de
financiación, como ir a los bancos, a las empresas pero eso aquí en Alcalá no
se hace.
-¿Qué asociaciones locales están aportando algo a la cultura alcalaína?
-Siempre hablo aunque mucha gente cree que no se deben hacer distinciones,
que se deben hacer distinciones. Lo justo es que quién trabaje sea aplaudido.
Entonces hablo de asociaciones preferentes, en Alcalá hay cinco o seis
asociaciones que colaboran de manera sistemática y regular con la cultura, que
presentan actividades de una manera continuada y que se mueven. Estoy hablando
de Amici Culturae, la Tertulia Flamenca, la Pep Ventura, la coral Alfonso XI o
Alcalá Teatro y esas asociaciones están trabajando, están colaborando, están
aportando algo y luego hay otras que no, que solo ponen la mano para la
subvención y ya está y hay asociaciones de aquí que todavía no se han
presentado, ni una vez, a la concejalía. Se debe hablar de asociaciones
preferentes. También hay que nombrar la asociación Huerta de Capuchinos que
organiza muchas acciones y la de Enrique Toral y cuando se organiza un viaje
cultural, estas personas trabajan y la gente lo aplaude cuando lo hace.
-¿En qué se refugia cuando vienen mal dadas?
-Sin duda, en la escritura, es mi salvación, se ha dicho que ella nos sirve
de medicina y a mí desde luego me hace un gran bien, me refugio en eso, sufro
pero al mismo tiempo me cura, sin escribir no me reconocería y seguiré
escribiendo hasta que me muera. Me gusta el ensayo y la poesía y disfruto y
aprendo muchas cosas y tengo cierta facilidad para la poesía. La poesía es un
género de minorías y lo va a seguir siendo.
-¿Puede añadir algo?
-Lo que quiero siempre es decir que he venido aquí a Alcalá, tras 32 años,
yo tenía mi vida orientada de otra manera, no estaba en mis pensamientos ni en
mi futuro estar aquí como concejal, pero si quiero agradecer esta oportunidad
que me ha traído algunos problemas pero que realmente me está haciendo una
especie de examen de lo que yo hubiera sido capaz de hacer, dentro de mis
posibilidades y para demostrarme a mí mismo si era capaz de hacer algo. Aunque
yo no me considero político y soy una persona que está en esta concejalía y soy
un intelectual en el sentido de que me gusta aprender. Aquí en este campo me
encuentro a gusto y me ha dado la oportunidad para dar algo y estoy agradecido
y me deslindo de ese puesto de político profesional o convencional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario