Estuve en los toros de la feria, a pesar de que no me gustan mucho, pero por gajes del oficio tuve que asistir. Allí lo pasé bien viendo las caras de los aficionados, estaban animados después de que no veían la fiesta nacional desde hacía tiempo. Lo que más gracia me hizo, es que un grupo de personas se subió a lo alto de los cerros de zahorra que están cerca de la plaza de toros y vieron los mismos gratis. Todo con un gran ingenio, pues se ahorraron los 25 euros que costaba la entrada.
La alcaldesa Elena Víboras fue la que presidió la corrida, junto a algunas autoridades. Los toros no podían con su cuerpo pero embestían, el rejoneador toreó bien pero no tuvo suerte con la espada y me fuí sin ver a Javier González, porque ya era tarde. Pero escuché los pasodobles que interpretó la banda musical; estuve con Paco Martín y Daniel y me invitaron a unos dulces muy ricos y se llenó la plaza y parece que la afición quiere que haya toros. Pues si quieren toros, que los paguen y que vuelvan el año que viene en la próxima feria, o antes si no pueden pasar sin toros.
Gran fallo de la organización por no prever que se le subirían al montículo ese los menos escrupulosos. Por lo visto, según Juanma Marchal; dos orejas para cada torero, los dos salieron a hombros por la puerta grande.
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