Hemos entrado en una dinámica sinuosa en la que casi nadie protesta ni dice nada ante la espiral de corrupción y derroche en las administraciones públicas. La gente no es consciente de los gastos que hay y del dinero público que se gastan sin una fiscalización. Lo del ERE andaluz es una prueba, 750 millones de euros de los que han dispuesto una serie de personas sin ningùn control, es de pena estas prácticas que ahora se han sabido y de las que nadie se hace responsable.
Por otro lado, cualquier pseudoparado, de esos que cobran el desempleo agrario, tanto él como su familia y que al mismo tiempo tiene una cosecha de aceitunas de gran calibre, o trabaja de albañil o de pintor en la economía sumergida es también corrupción y los responsables de estas cosas ni siquiera se enteran o no quieren enterarse. Todo esto debería estar bajo control y quién cobre algo de las administraciones debería pasar por exámenes cada pocos meses para ver su situación.
Igualmente, muchas obras como la del Paseo de los Álamos, la Avenida de Portugal, el arreglo de la Fuente de la Mora, realmente cuestan lo que han costado. Hay una fiscalización de esas obras, eso es algo que los ciudadanos no solicitan ni se enteran.
Por otro lado, el derroche en la sanidad, como colocar dos hospitales de alta resolución, el de Alcaudete y el de Alcalá la Real, a tan pocos kilómetros y para tan poca gente, no puede ser otro derroche sanitario, que en pocos años, si siguen en esta tónica, puede acarrear que nos pongan un canon sanitario, porque los administradores de la res publica, no han servido para hacer números, sino solo para tomar decisiones políticas. Hay que pensar las cosas y que los ciudadanos se den cuenta de todo el tejemaneje que llevan los politicos, porque la mayoría de las veces, se levantan obras, se hacen calles, se ponen en funcionamiento hospitales y no cumplen las expectativas, o son muy caros.
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