A través de la revista La luz del Cristianismo, editada en Alcalá la Real quincenalmente durante y a partir de 1895, encontramos, al menos, dos grupos espiritistas que actuaban en la villa de Frailes. El primero se llamaba La Caridad y estaba representado por Antonio Cuenca Moya, el segundo denominado Humildad y su representante era Teodoro García Torrebejano. Ambos grupos se adhirieron a la Federación Espiritista Española en octubre de 1889 y formaron parte de la región andaluza, junto con los siguientes grupos espiritistas: La luz de Alcalá la Real, representada por Miguel Ruiz Matas; la Esperanza, Jesús y Luna de la Ribera, sin especificar si era Baja o Alta, cuyos presidentes eran Antonio Díaz Ortiz, José Frías Tomé y José Alameda Rosa. Los otros grupos espiritistas andaluces eran la Sociedad Espiritista de Rubite (Granada), Amor y Caridad de Algarinejo, La Esperanza de Andujar y Paz y Caridad de Cádiz.
Como se ve, personas de Frailes fueron pioneros en introducir el espiritismo y la masonería en Andalucía, siendo los fines perseguidos, la unión, fraternidad, solidaridad y libertada; con el propósito de asociarse sincera y lealmente, sin intención segunda, trabajando con ardor para iluminar el camino del porvenir. Tratando de salir del aislamiento en que estaban para trabajar incesantemente, sin temor ni desfallecimientos. Según su ideología, el Progreso y la Verdad eran lo más importante y debían concurrir a su realización con todos los recursos de su espíritu, las fuerzas de su inteligencia, el calor de sus corazones, y , sobre todo, con su ejemplo. Atacaban duramente el cristianismo de los jesuitas.
Tenían libros propios en los que irradiaban su filosofía, como 'El espiritismo ante la ciencia', en el que se hacía una demostración cumplida y razonada de la existencia del alma, su superviviencia y comunicación con los seres encarnados y los hechos aducidos en la obra, así como sus razonamientos.
Estaban organizados internacionalmente y celebraban congresos, como el de Barcelona en 1888. Según la revista antes mencionada, el espiritismo surgió en 1848.
Consideraban el espiritismo como una ciencia positiva, gracias a los trabajos de sus investigadores como Wallace, Crookes, Aksakoff y Flammarion de la Sociedad Dialéctica de Londres.
La primera fase de esta institución, hasta 1888, se llamó Fase Experimental, a partir de dicha fecha, se preocuparon más por lo social, tratando de edificar un pueblo nuevo, reconstruyendo y regenerando el pasado, trabajando por renovar el mundo, rejuveneciendo el organismo vicioso y casi caduco, de este ser enfermo y débil que se llamaba Humanidad.
Sus principios decían que eran universales, siendo los siguientes: orden y libertad; jerarquía e igualdad; justicia y fraternidad; capital y trabajo; propiedad y mutualidad y solidaridad y progreso. Todos estos principios serían destinados a ser fuente de los derechos y deberes de los hombres reunidos en sociedad.
La llama espiritista caló en parte de la sociedad frailera de primeros de siglo XX, junto con las ideas socialistas de la sociedad 'Amantes del progreso' y juntos iniciaron un camino hacía la democracia y la república, organizándose por medio de comités y combatiendo las ideas conservadoras de la decadente sociedad frailera de la Restauración. Estos homres, como Manuel Romero y una treintena más formaron, más tarde, el Comité Republicano de la villa de Frailes y en dos ocasiones alcanzaron el poder municipal durante la Segunda República. Siendo los portadores de las nuevas ideas democráticas y constitucionales que a finales del siglo XIX hubo en toda Europa y que trajeron la lucha por la libertad, la igualdad y la solidaridad entre las clases sociales. Muchos de estos hombres dieron su vida por estos ideales y sus seguidores fueron represaliados en la posguerra española.
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