Mirénla, es mi fregona, lleva seis años conmigo, bueno solo el cubo y el palo, los hilos los he tenido que cambiar muchas veces porque se van deteriorando poco a poco. Son muchos años con ella, limpiando los suelos de mi pequeño piso, pero lo tengo como los chorros del oro. Le pongo al cubo agua cristalina, un poco de un ungüento de la Bruja y paso mi fregona por el suelo, al menos un par de veces por semana. Me gusta mirar por mis pequeños utensilios y la fregona es uno de ellos, con ella bailo, recuerdo canciones mientras friego los suelos y sobre todo saco brillo a los suelos y en los tiempos que corren hay que mirar por las cosas pequeñas, por las grandes ya se ve que no están mirando casi nadie.
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