El arquitecto Juan Francisco Almazán opina sobre el
urbanismo alcalaíno y el centro histórico junto con su hija Ana Almazán que
trabaja con su padre y su formación es de arquitecta.
-¿Qué es el PEPRI y
para que sirve?
Es difícil resumir pero en
definitiva, el Plan Especial en el casco histórico es un documento que más que
técnico es un documento estratégico, es como establecer el marco urbanístico
para que las relaciones humanas y los ciudadanos se sientan bien con el
patrimonio, es una mezcla compleja de cosas y el documento tiene que proceder
de la reflexión, de la percepción que tenemos de nuestro municipio y esta
percepción de la ciudad son muchas cosas: es cultura, es turismo, la movilidad…
es decir, esa cantidad de cosas que no se les presta atención y que siempre
tenemos la debilidad de fraccionar, es decir, tenemos la facilidad para
fraccionarlo todo, pero luego no tenemos esa capacidad de síntesis y esa
necesidad de lo que se llama sinergia y es lo que se necesita. El plan es ese
marco estratégico donde se especifica los objetivos y a donde queremos llegar,
es decir, estamos acostumbrados a que se hable del pasado, estamos
acostumbrados a que se hable de nuestro patrimonio, de la Mota, de las historias,
de las leyendas, pero nunca se habla del futuro de la ciudad, nunca se habla a dónde
queremos ir a parar y eso es lo que pretende este Plan Especial Urbanístico.
¿Qué repercusión puede tener en la ciudad?
-La ciudad como se puede ver
ahora mismo, tuvo unas décadas de crecimiento en el extra radio, donde todo el
crecimiento fue hacía el sur y a las zonas topográficamente más amables y se ha
visto como el corazón del centro histórico se ha quedado completamente
despoblado, el patrimonio histórico está cada vez más dañado y lo que hay que
fomentar es esa vuelta al casco histórico y revitalizar a través de la
sensibilidad y la concienciación ciudadana el que debemos volver con una
actitud positiva a ese centro y tratando de resolver la cantidad de problemas que
tenemos, ya sabemos que tenemos que usar el automóvil y sabemos que hay que
meterlos en las casas, ya sabemos que tenemos que meter ascensores, ya sabemos
que tenemos que meter tecnología, calefacción y todo eso hay que mezclarlo en
la coctelera y saber resolverlo y resolver significa reflexionar, fomentar y
publicitar y que realmente no se quede en cuatro frases, o en cuatro palabras
que al final son etéreas y no significan nada porque hay que tomar el toro por
los cuernos y tomar decisiones y acciones que lleven y que conduzcan a esa
nueva ciudad.
¿Por qué este plan no se puso antes en funcionamiento?
-Bueno, realmente quizás no se ha
puesto precisamente por la complejidad que esto conlleva y quizás por qué es
necesario hablar mucho de esto, es necesario hablar y no se habla, nos preocupa
más el por qué no ha salido ya (la cuestión tiempo) y en realidad no nos
preguntamos por qué no ha salido antes en el sentido y quizás esa reflexión a
nosotros nos lleva un poco a aventurar que se ha hablado poco de este tema y
que es necesario debatir mucho por qué al final la gente se queda con lo
superfluo y cuando preguntamos por ¿Qué necesita el Llanillo? Ah, pues necesita
más luz, bueno sí, necesita más luz, pero antes de la luz hay otra cosa y es
que tiene que haber gente, tiene que haber comercio, tiene que tener actividad,
tiene que haber todo eso, es decir, tenemos que llegar a esas últimas
consecuencias o esas últimas causas, para que finalmente con una buena luz
podamos resolver que se pueda circular, que la gente pueda ir andando sin
jugarse la vida, es decir esa cantidad de cosas y de parámetros que tenemos que
poner encima de la mesa y necesitamos equivocarnos porque al final el que no
toma decisiones, no se equivoca y el
final es tomar decisiones y soy un poco crítico con este tema del patrimonio
arqueológico, vamos a utilizar eso para seguir andando, no nos quedemos en la
anécdota de la crónica, ni mucho menos, lo que quiero decir es que hay que
utilizar nuestra historia para seguir progresando y qué va a aportar nuestra
generación a la ciudad, seguiremos viviendo en los siglos de oro de esta
ciudad.
¿Qué opinión te merece ahora el Urbanismo alcalaíno?
-Ahora mismo, cómo se sabe el
Plan General está agotado, la crisis fue brutal y todos los sectores que quedaban
por desarrollar se quedaron prácticamente paralizados, hubo mucha intervención
en aquellos años de agentes promotores, donde se especulaba fácilmente, todo
era solucionable, la promoción era muy alegre
y ahora mismo Alcalá está parado en el aspecto urbanístico, no hay nada;
el Plan General habría que revisarlo ya, quizás con este Plan Especial se está
dando un gran paso porque realmente el centro del urbanismo y el futuro de
Alcalá, creo que está en el casco histórico y habrá que recomponer y volver a
replantearse todas esas unidades que había previstas en el plan que seguramente
habrá que desarrollarlas pero no en el tiempo que estaba previsto y los tiempos
los irá marcando el mercado, pero dando nuevas soluciones imaginativas para
habitar; no podemos seguir haciendo los mismos pisos de antes, ni los mismos
chalets de antes, necesitamos residencias para los mayores, no hay plazas y a
todo esto hay que ponerle mucha imaginación y quizás para eso los arquitectos
tenemos que aportar nuestras ideas pero se necesita esa participación y confiar
en ellos y que el político se apoye en gente que pueda aportar mucho a esta
ciudad.
¿Qué efectos ha tenido la crisis’
-Ha tenido un efecto mortal, ha
habido estudios que han cerrado, constructoras que han ido a la quiebra,
promotores que se han visto anulados, pero ha sido porque el mercado se ha
agotado, ese sistema en el que se construía o se vendía en planos, todo era muy
fácil y llega un momento en que hacemos planes pero estos se vienen abajo
porque la cosa no funciona, hay otras razones y factores externos nacionales e
internacionales en los que no se puede hacer nada pero claro el planeamiento
está para eso, esa era la previsión y cuando los planes se vienen abajo, hay
que reaccionar y tenemos todavía el Plan vigente de aquellos años y lo que
requiere es que repasemos todo esto y nos recompongamos y el Plan sea lo que se
necesite, pero estamos todavía en lo que son las viviendas, las necesidades son
otras, con una gran cantidad de gente joven que no tiene vivienda y el derecho
a ella ¿Dónde está? ¿Cómo podemos hacer otra cosa? El mecanismo era muy fácil,
la vivienda era muy cara y entonces se dijo que lo que había que hacer eran
viviendas más pequeñas que serán más baratas y a lo mejor hay que hace
viviendas colaborativas, esto que se lleva muchos años haciendo en Europa y que
aquí tenemos el sitio adecuado y donde sería muy fácil implantar, pero como no
es una solución homologada, porque no tienen la hipoteca prevista, ni tiene los
programas sociales apropiados por la Junta de Andalucía. Entonces, estamos un
poco en el limbo y todas las posibilidades que se podían generar con esas
soluciones diferentes donde se comparten, a lo mejor, zonas comunes, pues todo
esto y donde se podía hacer una implementación de población y una fusión de
población joven con población más mayor, pues todo esto no se investiga y
podría dar muchas soluciones tanto al casco histórico como al urbanismo en
general y la nueva ciudad.
-¿Qué debe primar ahora al construir una casa?
-Ahora mismo, la emergencia
climática la tenemos encima, entonces es muy importante y de hecho el código
técnico se ha modificado y se sigue apretando en los términos térmicos de la
vivienda y es muy importante el tema de la eficiencia térmica y el tema de la
sostenibilidad, utilizar materiales adecuados, la gente cuando se hace una casa
quiere que los materiales sean eternos, que no tengan mantenimiento y ahí hay
un poco de contradicción con la sostenibilidad, la madera es un material
sostenible por definición, se consume madera pero luego se plantan árboles y se
renueva y por ejemplo la madera no se usa en fachadas y hay una gran cantidad
de construcciones que se podían hacer con madera y esta lo único que tiene, es
que hacerle un mantenimiento y es un tema que tenemos que mentalizarnos y no
producir fachadas con azulejos y con materiales no adecuados, pues ni son
sostenibles, ni son prototipos de la arquitectura popular. Y en cuanto al gasto
de energía existen soluciones, como las llamadas casas pasivas que utilizando la
tecnología de hoy, una vez que se hace una buena orientación de la casa, es
importante los recuperadores de calor que es los que hacen que la casa esté
bien orientada sin que la energía se pierda, las casas pasivas son herméticas y
esto es el futuro y se está trabajando y dando soluciones sobre esto.
-¿Qué necesita el Llanillo para revitalizarlo?
-A todos se nos van los ojos en
el Llanillo, porque efectivamente porque es el eje vertebrador, junto con la
calle Real, de norte- sur y este-oeste y es el lugar donde se resume todo el
casco histórico de Alcalá la Real y lo que necesita, es que todas las calles y
todo el tejido que hay a su alrededor esté habitado. Es decir, necesita ser
habitable y habitado. El Llanillo no puede recuperarse, no puede haber comercios,
si no hay gente que pasee, no que pasen en los coches, que pasee la gente para
que pueda comprar. Lo que necesitamos es meter población en el casco histórico
y esa población y esas gentes no pueden ser las personas mayores que ya
nacieron allí, que ya de por sí son las que no se quieren ir de su barrio, sino
que tenemos que meter gente joven y población joven que no tiene vivienda y
todo esto hacerlo con mecanismos sociales que están apuntados en el Plan
Especial y es que se unifiquen y que se resuelvan las políticas de integración
en las que un joven pueda cuidar de un mayor, cosas que hay ejemplos en España
y en el mundo, sobre como utilizar que esta gente cuide de un mayor o resuelva
necesidades de estas personas y se pueda convivir y las viviendas serían
diferentes y se genere esas pequeñas viviendas donde pueda existir esa
diversidad de edad y de funciones. Es meter vida en el casco histórico para que
esa vida florezca, después, en comercios, en cultura, que la historia del
Quinto de Cabildo eso está muy bien, pero que la gente cuando la traigan al
Quinto de Cabildo, pues por el Llanillo podrán pasear porque las aceras
actuales son muy estrechas y al final es muy sencillo, las aceras tendrán que
duplicarse y los carriles de tráfico tendrán que reducirse, no hay otra. Y esto
significa que en vez de dos carriles, tiene que haber uno, hacía arriba o hacía
abajo, pero uno y habrá que solucionar y habrá que buscar soluciones de ese
tipo, pero peatonales y para ello tienen que intervenir la política la primera,
que es la que tiene que decidir, pero antes de esa decisión hay que contar con
argumentos y es cuando interviene la gente que sea capaz de transmitir ideas,
poner soluciones encima de la mesa y elegir la mejor que se considere, pero hay
que equivocarse, lo que no se puede hacer, es colocar nuevos pavimentos y la
raíz es que los pavimentos sean antideslizantes, o sean más buenos, o más
sostenibles, la solución está en lo ancho, en el diseño de ese trazado viario,
tener en cuenta a las personas y no a los coches (Ana), la gente pasea por el
Llanillo con miedo, por los coches y si vamos por el Llanillo, nos podemos
encontrar con un coche a 40 kms y eso es una barbaridad, no debe haber aceras
altas sino una plataforma única y a los coches no se les puede poner semáforos,
en ese trayecto la prioridad debe ser el peatón y cuando el conductor del
automóvil va pendiente de los peatones, es cuando va atento, mientras que las
líneas que ahora hay dibujadas en el Llanillo y los semáforos les da una
tranquilidad al conductor que va en una
autopista lo que se les genera. No tenemos que ser peatones, tenemos que ser
ciudadanos y ser el antiguo ciudadano de esas fotos que todos los bares tienen,
esa Alcalá antigua con la gente en mitad de la calle y eso es lo que tenemos
que recuperar, pero tenemos que reinterpretar, no es que tengamos que ponernos
el sombrero y el burro al lado, sino que tenemos que reinterpretar eso.
Y Ana opinó exactamente lo mismo
y también que los jóvenes y las personas mayores somos los más problemáticos,
los jóvenes no tenemos dinero para sostener un piso, las personas mayores no se
quieren ir a una residencia, aparte de que no hay plazas, tampoco se quieren
ir, los mayores están deseando de ver a la gente joven, de tener relación
porque tienen otro problema que es la soledad y si esos dos colectivos que son
más vulnerables, si se unen, se pueden arreglar muchas cosas con una misma
solución y para que haya personas en el casco antiguo y en el Llanillo,
necesitamos que la ciudad sea habitable, igual en la plaza del Ayuntamiento hay
desnivel, las personas mayores tienen que ir con el andador y esta plaza podía
ser de único nivel, no una rotonda que es lo que es ahora y el Llanillo es que
da miedo, las aceras son muy pequeñas y todo esto no es habitable. Y para el
proyecto de urbanismo en Alcalá, lo primero es que se tomen decisiones y hay un
poco de miedo porque es normal, porque no se sabe de urbanismo y como no se
entiende, no se habla de él y entonces no se toman decisiones porque nadie
quiere tomar una decisión y equivocarse, entonces creo que hay que ser más
valientes: Todos.
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