Llegaste con la luna saliendo por el horizonte frailero, tardaste en salir de tu escondite; mujer Nerea que caminas tu figura por Madrid, elaborando páginas web publicitarias, buscando poesías bonitas, tratando de encontrar tu sitio. Vuelves y vas en el tren de la vida y comulgas con el feminismo. Te acuerdas cuando fuimos a Benidorm, a Sabiote, a Puente Genil... En Lisboa caminamos por aquellas avenidas con sabor a bacalao. Tanti me decías y no querías montar en bicicleta, ni arriesgar en peligros innecesarios. Mujer de gatos como Asia. En Granada buscamos el Albaicín desde aquella terraza que domina la ciudad. A veces nos miramos y sabemos que estamos unidos y un hilo invisible está siempre en contacto. Nerea que la vida te de caricias primaverales, relatos únicos y distintos, viajes y querencias divertidos y futuros inciertos pero ligeros como tu figura que la veo irse, mientras te espero cuando vuelves y te pienso cada segundo de estos días alcalaínos.
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