Parece mentira pero si se repasa todo el debate que tuvo lugar el pasado viernes en el Convento de Capuchinos, sobre las incompatibilidades en los cargos públicos, hay toda una gama de matices que si se analizan, dan lugar a muchas situaciones. Desde las personas que abrieron el debate, como el popular Francisco Armijo que casi se enfada con una ciudadana que le preguntó, o la misma Ana Cortecero del PSOE alcalaíno que manifestó que ya si hay que hacer cambios para que la ciudadanía participe. O las propias personas que hicieron preguntas que denotaron cada una de ellas a quienes se arriman en el ascua de su sardina.
Creo que los políticos nos han tratado como a niños pequeños o a bebés que aún no sabemos lo que queremos, como si fueran nuestros protectores que nos tienen que conducir por un camino recto para conducir nuestras vidas. Y están equivocados, porque los ciudadanos sabemos lo que queremos y sabemos que los políticos cobran grandes sueldos y no solucionan los problemas. También sabemos que los únicos que votan, aún, en España son los propios partidos, que hacen una lista, incluyen a las personas que quieren y en el orden que el líder de turno quiere para que los pobres ciudadanos voten cada cuatro años. Esto es una manipulación de la democracia y deben saber los políticos que hay gente que esta harta de todo esto y luchamos para cambiar esto que es un atentado contra el sentido común.
Los ciudadanos queremos que los políticos se bajen a la arena, pierdan los privilegios que tienen y que sean como los simples mortales, con sueldos de andar por casa, como cualquier mortal y con la pérdida de todos esos subterfugios de que gozan: regalitos, prebendas, invitaciones y todo ese tipo de zarandajas que muchos de ellos admiten. Y sobre todo, que sepan que lo que queremos, es que cada voto valga por un ciudadano y no como ahora que los que votan al PSOE y al PP tienen más derechos, porque son más. Y eso se debe de quitar, y hay que luchar por ello.
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