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sábado, 2 de abril de 2011

EL VINO DE FRAILES HACE VER ESCENAS DEL SIGLO XIX Y XXI













Las calles de la villa de Frailes se transformaron en la Jornada del Día del Vino. Gracias a la habilidad y el buen hacer del Taller de Empleo de Turismo, con Mercedes Machuca y Fuensanta a la cabeza. Pudimos ver escenas del siglo XIX, mientras Francisco Izquierdo hacia uso de las altas tecnologías y transmitía el evento para todo el mundo a través de Internet.
Y estuvo bastante bien, la representación que estas alumnas de turismo hicieron y todos los que intervinieron. Mujeres que vendían limones y naranjas, garbanzos y vulanicos, vestidas como a finales del siglo XIX se hacían las ropas en Frailes. El gran marqués de Campoameno y señora deambulando en todas sus posesiones y viñas; el alguacil invitando y pregonando la jornada para que vecinos y visitantes pudieran acudir a divertirse por las calles de este pueblo donde todos son bienvenidos.
Antes, el catedrático de Lengua Inglesa, el frailero de adopción Juan Antonio Díaz nos deleitó con un gran pregón en el que dio a conocer las excelencias del vino y del flamenco, con muchas letrillas como cuando se emborracha un rico/que alegrito va el señor/cuando se emborracha un pobre/ahí va ese borrachón. U otras como después de estrago y fiests/mira bien con quien te acuestas/ o esta otra el vino es con los amigos/de lo mejor de este mundo/ por eso se be conmigo/ y que siempre estemos juntos, otros maás dame vino de tu boca/con besos y con amor/ con el calor de este vino/puedo quererte mejor. Finalmente este, el Sereno hace el aceite/ y la Martina hace el vino/nosotros nos lo bebemos/ y aquí todos tan amigos.
Después de pasear por las calles de Frailes, a las 14:30 se dispuso la gran comida, con el potaje de habichuelas elaborado por el maestro Miguel Montes, que se ha convertido en uno de los mejores expertos de potajes de toda España. Por allí pudimos ver a un montón de politicos socialistas como Antonio Ávila, Felipe López, Carlos Hinojosa, y también otros que no eran políticos, muchos fraileros, muchos alcalaínos y gente llegada de muchos puntos de Jaén. En fin, la fiesta del vino estuvo bien, bebieron, comieron, hablaron, disfrutaron y se marcharon.

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