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martes, 28 de agosto de 2018
EL DIA QUE PERDÍ A ARETHA FRANKLIN
No sé cómo pero un día me encontré cantando una canción de Aretha Franklin y a pesar de que no entendí lo que decía, seguí escuchando sus canciones.
El sonido de las canciones de Aretha Franklin me da escalofríos y se me pone el vello perturbado y una especie de vértigo penetra en mi cuerpo entero. La canción I say a little prayer la he oido infinidad de veces y no me canso de ponerla para volver a sentirla.
El momento especial para escucharla es algo mágico y lo preparo sin estridencias; estoy solo en mi casa y a veces siento en mi interior que algo perturba mi conciencia y allí está Aretha con su voz poderosa que me hace sentir, una y otra vez, cosquillas, burbujas, besos, caricias y allí en mi salón mi cuerpo baila y traza una serie de eses, mis pies danzan y mis manos vuelan y doy vueltas sobre mi mismo e imito su voz en silencio y creo que me fundo con su voz.
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