Rafael Góngora es una persona amable y tranquila que ha emprendido un nuevo camino en su vida, regentar la tienda de ultramarinos que durante toda su vida tuvo su padre. Es cierto que ha sido un cambio importante pero este hombre tiene los pies en el suelo.
-¿Cómo se decidió a seguir el negocio de su padre?
-La verdad es que no era una de mis prioridades, porque he estudiado la Diplomatura de Trabajo Social, pero viendo como está la vida y el trabajo pues no está seguro, tenía una oportunidad de negocio, de seguridad laboral, de volver a Alcalá porque vívía fuera y creo que es una oportunidad que no podía desaprovechar.
-¿Cuando se hizo cargo del negocio?
-Pues precisamente de aquí a un mes hago mi primer aniversario y hasta ahora me ha ido muy bien, la verdad es que los primeros meses fueron muy bulliciosos en el sentido de que hay que conocer el negocio, a los comerciales, hay que hacerse a esta vida, los eventos importantes que hay en el municipio, organizar muchas cosas como Etnosur, día de la Virgen, las ferias, pero puedo decir que ha sido el año más rápido de mi vida que he pasado.
-¿Cómo ha sido este cambio?
-El mayor cambio que he tenido, ha sido en mi cabeza, porque no sabía por donde tirar y lo que necesitaba y buscaba era pues tener una idea fija de vida, unos objetivos y un proyectoy todo eso me ha ido dando la tranquilidad de poder afrontar mi vida.
-¿Cómo ve a su clientela?
-La veo perfecta, todo el que entra por la puerta es mi cliente y cuando sale, le estoy muy agradecidoy trato de atenderlos lo mejor posible, como decía mi padre, con el corazón. Y para atender a mis clientes hay que tener, sobre todo, nobleza, ser justo y muy honrado y este negocio es para ser honrados, porque la vida está para ello y después tratarlos lo mejor posible y tener productos buenos y de calidad en las estanterías.
Y los bocadillos siguen estando riiiiiiiquísimos.....jijijiji
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