Santiago Campos.-
El vino ha sido desde la más remota antigüedad un elemento influyente en los distintos ámbitos de la sociedad y cultura mediterránea.
La tradición del vino de Frailes, aunque no hay estudios reconocidos y fiables, nos debemos guiar por los análisis de José Rodríguez Molina, de
El vino en nuestra tierra, conocido por todos, con el apelativo del “vino del terreno”, ha sido conocido desde tiempos inmemoriales, las tierras de
El pisaor se lavaba concienzudamente las piernas, se esparcía la uva en el lagar y atando un cordelillo en mitad de la habitación, se disponía a pisar los racimos, a través de un baile baquico y cansino que pronto surtía efecto, donde a través de un caño de hojalata, el mosto se deslizaba hasta el recipiente, preparado para este menester. Allí quedaban los cuescos, en la pequeña tarima hecha con porla y arena, que aún tenían que ser estrujados en el Molino de Caridad, allá en
En aquellos días, Frailes olía de un modo especial, por todas partes, había toneles, que eran limpiados con un liquido hecho con azufre y con una cadenas que se introducían en los toneles, se dejaban a estos disfrutado en Frailes y con movimientos de toma y daca dejaban estos recipientes tan limpios como una patena. Recuerdo a un vecino que se llamaba Rafalico el de
Era una feria del vino que a veces coincidía con la feria que se celebraba en nuestra localidad en honor a San Miguel, los vendimiadores se llevaban la merienda al campo y casi siempre el queso echado en aceite se comía con las uvas de las distintas viñas, dando importancia al refrán que dice “ uvas y queso saben a beso”
El vino se alojaba en grandes tinajas y toneles y se dejaba reposar unos meses. La fermentación coincidía con los meses fríos de Noviembre y Diciembre, después se hacia el trasiego. Recuerdo como chupaban las bombas de goma, para pasarlo de un tonel a otro, recibiendo un gran golpe de vino en los gaznates del que lo probaba.
En aquellos días de Navidad y matanza, el vino, recién fabricado se apresuraba a pesar por las gargantas fraileras, lo había dulce y tranquilo, adecuado al paladar femenino, sin por ello caer en la trampa machista y también lo había con paladar áspero y duro.
Un lugar importante, donde el vino del terreno se degustaba, fue en
El vino del terreno ha estado unido a nuestras vidas, en casi todas las casas había vino de este, los jóvenes nos reuníamos a escondidas en las bodegas de nuestros amigos, y como no teníamos edad para beber, lo hacíamos en la clandestinidad, así en Casa de Amadeo, aprovechábamos que sus padres se acostaban y en plena noche montábamos nuestras pequeñas orgías báquicas, disputando la cuadra al burro y beber vino, acompañado con trozos de chorizo o con sardinas arenques, en todos aquellos días lluviosos, con un gran temporal y con nevadas de varios centímetros de altura.
Ahora se quiere continuar y recuperar esta tradición nuestra, el Ayuntamiento ha querido incentivar a este liquido, a través de la organización de una jornada, dedicada a este exquisito liquido . Bienvenida sea esta iniciativa y que continúe esta practica en años venideros. Y para no cansar más a nuestros visitantes y vecinos lo mejor será dejarme de palabras y degustar el manjar baquico que alegra los espíritus y que nos están esperando inquieto en sus recipientes.