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lunes, 6 de diciembre de 2010

MOTES Y APODOS EN FRAILES


El municipio de Frailes es prolijo en apodos y muchas veces es difícil encontrar a una persona por su nombre y apellidos porque los vecinos suelen conocerlo por su apodo, que se transmite de padres a hijos entre las familias, aunque cada vez se va usando menos.
El diccionario dice que apodo es nombre que suele darse a una persona, tomando de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia. También se recoge como chiste o dicho gracioso con el que se califica a alguien o algo, sirviéndose ordinariamente de una ingeniosa comparación.
Así a vuela pluma, sin ahondar mucho, en la villa de Frailes se pueden contar un par de cientos de apodos, muchos de ellos ingeniosos y otros con mucha ‘mala leche’ que hacen que algunas veces acarreen problemas cuando a dichas personas se les nombra por el apodo. No obstante, la mayoría asume estos nombres y los sigue usando, aunque a veces han sido motivo de pelea nombrarlos en público.
Juan Campos, era un agricultor que montó una pequeña tienda y pudo comprarse unos zapatos que cuidaba con mucho ahínco, por lo que los limpiaba constantemente, de ahí que sus paisanos le pusieran de sobrenombre Betún, apodo que continuó en su mujer, conocida como La Betuna y en sus hijos Los Betunes.
Manuel Ruiz López llegó a Frailes durante los años 1950, se colocó en el Ayuntamiento como vigilante nocturno, a partir de entonces fue conocido como El Sereno, al no tener hijos, no ha continuado la saga y el apodo morirá con este hombre.
Hay otros apodos que pueden estar ligados con el físico de las personas, así Retaco porque era pequeño, Exagerado porque contaba una serie de historias a las que le daba mucho bombo y pronto se ganó este sobrenombre.
Apodos hay ofensivos como el conocido como Guarro Cochino que es una gran redundancia, además de guarro lo aumentan con cochino. Otra familia es conocida como los Malparíos, debería ser debido a su nacimiento, pero siempre es una ofensa para los mismos porque atenta contra su nacimiento. Pero la inquina pueblerina es contundente con los apodos, a un señor que asesinó a su madre política, pronto le pusieron Matasuegras y sus descendientes siguen con esa cruz. Mediaputa es otro de los calificativos que los antiguos fraileros colocaron a una mujer, se puede ser prostituta pero Mediaputa no sé con qué intención le pudieron colocar ese nombre.
Hubo un señor que se ganaba la vida elaborando churros por las ferias, y pronto fue conocido como Tallos, que es el nombre que tienen los churros o tejeringos por esta comarca.
Hay otras personas que están orgullosos de sus apodos, como Antonio Dondín que dice que es una de las personas que tienen dos dones, uno Don y otro Din y en tiempos de la dictadura se jactaba de que era más importante que el médico o el alcalde.
Hay gente que siempre está trabajando y tiene una aptitud de acapararlo casi todo, pues el vulgo frailero le colocó el sobrenombre de Agonías, como persona que todo lo quiere para sí mismo. Otros que son pequeños y gordos, de ahí que le pusieran Bolilla o Berenjena porque era alto y moreno. Bolsillones porque le hicieron unos calzones con grandes bolsillos. Hay otras personas que van por la vida sin pisar ni hacer ruido y por eso le pusieron El Nadie. Hay apodos para todos los gustos como Blancares, Bragueta, Cabildo, Calabaza, Chorizo, Chungurrún, El Chillo, El Curica, el Bollo, Él Feo, El Grillo, El Mojao.
Otros hacen referencia a los oficios que tenía, como Miguelillo el Zapatero, que arregló zapatos en la calle Barrihondillo. El Pintor que encalaba las fachadas o Gurrino. El Zocatillo hace referencia a que usaba la mano izquierda más que la derecha. El Señorico que a pesar de ser pobre, tenía un talante de querer disfrutar de las cosas de la vida. El Moruno, El Topo o el Tropel, el primero por el color de su cara, el segundo porque podía estar bien escondido y el tercero porque formaba mucho ruido.
Todos los apodos tienen algo de verdad, alguna característica física, algún hecho realizado o algún argumento de la historia de esas personas. El Panza alude a la orondez de su barriga, el Zorrico a que es una persona astuta, Lenteja a que es una persona pequeña, Membrillo a que es una persona no muy lista y El Rucho a que es un poco bruto.
Hay otros apodos como Pocapicha que alude al miembro viril, Escandaloso que haría mucho ruido entre la vecindad o Guisote y Pelapollos, Pucherete o Fangas, La Bizcocha o Rabigordo, El Mocoso, Melón, Menuza o Montador, Pepino o Tomates, todos ellos son apodos que siguen vigentes en el municipio de Frailes, unos más antiguos y otros más modernos pero que todos dicen algo de estas personas.

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