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domingo, 29 de noviembre de 2009

CURANDEROS Y MILAGROS EN LA SIERRA SUR


Las creencias paranormales y porque no decirlo sobrenaturales están muy arraigadas en los habitantes de la Sierra Sur, no sólo en los más antiguos sino que se van estableciendo entre los más jóvenes y se mantienen en la sociedad actual. Basta con ver cualquier día el Cerro de la Mesa en la Hoya del Salogral, y ver como se acercan hasta allí personas de todo tipo y condición que tratan de encontrar una solución a sus problemas físicos y espirituales.
El santo Custodio sigue contando con fieles a pesar de que murió en agosto de 1966, sus rastros son seguidos por miles de acólitos en el cementerio del municipio de Noalejo donde se encuentran sus restos o visitando su antiguo oratorio o su casa en la Hoya del Salogral, su vida y milagros es conocida por todos los habitantes de estos lares y se extiende a otros lugares por los prodigios que de él cuentan.
Uno de los últimos ‘creyentes’ ha sido el escritor inglés afincado en Frailes, Michael Jacobs, que en su libro ‘La fábrica de la luz’ que será traducido y editado por Ediciones B próximamente, mantiene un nexo con este curandero a lo largo de sus páginas y lo considera, sin haberlo conocido, un bienhechor de su vida desde que llegó a Frailes e incluso antes.
Manuel Urbano, manifiesta que ‘quienes se ocupan de desvelar el pasado o de descubrir qué savia nutre la vida debieran atender con la rigurosidad que merecen las manifestaciones, aún no desaparecidas, de religiosidad popular’. Ésta impregna aún la vida de muchas personas de Andalucía y en los pueblos como Alcalá la Real, Frailes, Castillo de Locubín y muchos otros los retratos del santo Custodio están colgados en las paredes de las viviendas como si fuese San José, la Virgen María o incluso Jesucristo.
Manuel Amezcua publicó en 1993 el libro ‘La ruta de los Milagros’, un recorrido por los santones que estuvieron presentes en esta comarca, deteniéndose en los dos más importantes: el santo Luisico, en el Cerrillo del Olivo, del cortijo de Cerezo Gordo, perteneciente al municipio de Valdepeñas de Jaén y el santo Custodio Pérez Aranda, en la Hoya del Salogral, Noalejo.
La casa de Luis Aceituno sigue siendo visitada y sus familiares la han convertido en un santuario. Sus paredes están inundadas por cuadros, fotografías , medallas, cruces y toda una variedad de adornos. Sus suelos están llenos de flores, macetas y según Amezcua se mezcla el ambiente de sacristía con el de la espera de un ambulatorio. Los exvotos se agolpan en sus paredes, de personas que piden un último milagro a este santo Luisico que según dicen recibió la gracia de Dios a mediados del siglo XIX, cuando aún era un mozalbete que se dedicaba a guardar ganado. La gente, arrastrada de un extraño poder, acudía a visitar a Luisico, a consultarle sus problemas. Él los recibía con benevolencia, les daba consejos y les compadecía, no necesitando muchas veces preguntarles sus males porque conocería bien sus preocupaciones.
Dicen que nunca puso precio a sus servicios, y cuando algo le dieron no tardó en ofrecerlo al primer necesitado que le visitó. Como testimonio de los muchos favores que dispensó quedaron un sinnúmero de fotos, chapas de milagros y mortajas que desaparecieron cuando la guerra. En poco tiempo se hizo un personaje muy popular del que se cuentan multitud de milagros.
El testigo del santo Luisico fue recogido por el santo Custodio en la Hoya del Salogral, vecinos viejos de Frailes cuentan y no acaban la obra y milagros de este hombre, que sigue vivo entre sus creyentes y que esa aún capaz de unir a cientos de personas en sus fincas para recogerle la cosecha de aceitunas en un par de días. Con fe en Cristo y con unas libretas de papel de fumar, era capaz de curar a un lisiado, dejar a los guardias civiles pegados a las sillas sin poder levantarse, o curar enfermedades que aún hoy son imposibles. Su senda sigue intacta en el sitio del Cerro de la Mesa y sus seguidores erigieron una ermita a la Virgen de la Cabeza, cuya fiesta celebran el último domingo del mes de abril, pero que solo es una excusa para dar culto a este hombre que nada pedía y que nada exigía a quién iba a pedirle ayuda.
Miles de personas siguen acudiendo a su casa y a esta ermita, donde aún se puede ver su oratorio escondido entre las piedras de estos montes, conservando aún exvotos de fieles que siguen pidiendo milagros.
Amezcua y otros estudiosos dicen que todo hace pensar que en la Sierra Sur el fenómeno del curanderismo es sobre todo una cuestión cultural, con una continuidad, un reconocido prestigio social, especialmente entre una minoría numerosa que se beneficia de sus servicios. La reducida presencia institucional hizo favorecer la exaltación del liderazgo individual que se materializa en la presentación del santo como un profesional de la creencia al que se le reconoce, por encima de todo, la capacidad de interpretar al prójimo y a la naturaleza que le rodea. En este contexto la función taumatúrgica se contempla como una prestación secundaria que atiende a la necesidad individual y colectiva para afrontar situaciones existenciales de primera magnitud, como enfermedades, sensaciones de inseguridad, calamidades, etc. Los componentes heterodoxos de la praxis curandera se ven favorecidos por la persistencia de un sistema de creencias de aspecto arcaico en el que muy a menudo se hace una interpretación teúrgica de determinadas patologías, como la esterilidad y las deformaciones de los recién nacidos.

sábado, 28 de noviembre de 2009

LA DECADENCIA DEL LLANILLO


La franja que se extiende desde el Pilar de los Álamos hasta el Compás de Consolación recibe el nombre popular del Llanillo. Ha sido y es la calle más famosa del municipio alcalaíno pero su decadencia actual es cada día más progresiva.
Su floreciente comercio, sus casas señoriales del primer tercio del siglo XX, van deteriorándose día a día y a pesar de los intentos por frenar este declive, no se ha podido hacer nada para ello. Cada día hay algún comercio que cierra, cada día caminan menos personas por sus aceras. El bullicio de otros tiempos, la alegría, sus escaparates a los clientes van desapareciendo.
Puede ser que se deba al propio deterioro de la ciudad, puede ser que no se haya previsto unos buenos aparcamientos para que las personas que quieren comprar en los comercios del Llanillo puedan tener tantas ventajas como los comercios de la parte sur. Ha habido intentos de frenar este deterioro, como el realizado por el Centro Comercial Abierto, ayudado por el propio equipo de gobierno, tratando de activar mecanismos como el mercado de los sábados, la restauración de las Casas de Enfrente, la colocación de toldos el pasado verano. Pero el ajamiento sigue, y el Llanillo se va cayendo a pedazos.
Aquellas casas que se levantaron con el desarrollo industrial y agrícola del primer tercio del siglo XX, con patrones de la nueva Arquitectura, caracterizada por una mezcla de estilos históricos, con azulejos coloristas, de tradición hispano-musulmana, formas geométricas y figurativas no se han conservado, tan solo alguna fachada como la del edificio del Centro Comercial Abierto sigue en pie, pero otras se caen y su decoración de yeso, figurativa y vegetal casi ya no se nota en los frontones y cornisas.
El Llanillo está muerto a partir del anochecer, un halo de tristeza lo recorre y aquellos comercios, bancos, casinos, farmacias o joyerías, han ido cerrando sus puertas, una a una, con carteles de cerrado, se vende o hasta luego. Pero es una decadencia con esplendor, porque cuando llega la mañana, sus aceras siguen vivas, con ciudadanos que van y vienen, se acercan a la iglesia de Consolación, se llegan hasta la Casa Consistorial para hacer algún recado administrativo, o piden algún extracto bancario en las entidades del ramo.
El antiguo Casino de señoritos que se colocaban en la acera con sus sillas retrepadas, también desapareció y con ello el lustre de aquellos años. También desapareció el mercado municipal junto a la fuente de la Mora, que atraía a través del Llanillo un ejército de compradores y vendedores, ya hace bastantes años de aquello.
Los autores del libro Alcalá la Real: patrimonio arquitectónico y urbano, cuentan que la propia etimología del nombre (Llanillo) hace referencia a la topografía de este ambiente urbano y a su situación en un llano. El Llanillo, situado a 918 metros sobre el nivel del mar, delimita de norte a sur el encuentro de dos cerros, el de la Mota y el de las Cruces. La confluencia de las aguas procedentes de estas dos vertientes determinó la expansión urbana de la antigua población desde la Mota hacia esta ladera, en busca de los manantiales.
Su importancia, como espacio urbano y arquitectónico, debió ser secundaria respecto a calles más principales, como la Real y la calle Rosario, para irse convirtiendo, progresivamente, en la espina dorsal, que regula la trama urbana y la vida socio-económica de la ciudad.
A semejanza de otras calles alcalaínas, cuyas denominaciones recogían, bien el carácter de los gremios que trabajaban en ellas, como la calle Bordador, o bien la toponimia del terreno, como la cuesta del Cambrón, el Llanillo pasa a denominarse a partir de 1885, carrera de las Mercedes, cuyo nombre designa los actos procesionales de la patrona de Alcalá la Real, la Virgen de las Mercedes.
Desde la terraza del argentino Fernán Cardama, actor y tirititero, el panorama del Llanillo sigue siendo de un lugar privilegiado, se pueden ver las campanas de las monjas, su iglesia, los tejados de todas estas casas principales, la belleza del Palacio Abacial y el bulligueo de gente que va y viene por sus aceras.
El Llanillo necesita algo que lo anime, que lo lance que le devuelva la alegría de otros tiempos, una luz que lo ciegue, que lo envuelva que lo eleve; unas manos amigas que le den ánimos para que no pierda su esplendor. Puede ser un aparcamiento subterráneo, un nuevo amanecer que traiga prosperidad para que sus aceras nocturnas vuelvan a brillar, como cuando colocaron las primeras televisiones en los escaparates de las tiendas de electrodomésticos de los primeros años 60 del pasado siglo, como cuando los estudiantes de bachillerato salían del Palacio Abacial convertido en el primer instituto de secundaria del municipio, o como cuando Isabelilla reunía a los cortijeros y ciudadanos de las aldeas en el bar de la esquina, frente a la pastelería de la Terraza.
En el Llanillo había de todo, dulces, muebles, televisores, policías, ladrones de poca monta, banqueros y boticarios, churreros, taberneros, barberos, todo estaba a la mano. Ahora aquellos se fueron y cada día cierra un nuevo comercio, se da de baja un banco, o la tienda de Eduard’ os ofrece liquidación de todas sus prendas.
El Llanillo está en rebajas, en horas bajas y las mujeres ya no taconean en sus aceras y parece que sus puertas se cierran a partir de las nueve de la noche y no hay dios quien pase por allí.

martes, 17 de noviembre de 2009

CON EL 30% DE VIVIENDAS VÁCIAS INTENTAN NUEVAS URBANIZACIONES

Más de 200.000 metros cuadrados se podrán edificar en la franja que existe entre los Cipreses y la Avenida de Andalucía, un proyecto que el Ayuntamiento ha instado a los propietarios a que se ponga en marcha y ha dado un plazo hasta finales de enero de 2010 para que se decidan. En este paraje se podrán construir miles de pisos y viviendas y además el Ayuntamiento tendrá suelo para edificar o venderlo posteriormente.
Algunos de estos propietarios han manifestado su malestar y las prisas del Ayuntamiento para construir en la zona, añadiendo que Alcalá la Real se está despoblando en el centro, con un 30% de viviendas vacías que podrían ser rehabilitadas y en ellas instalarse la población. En unos tiempos de gran crisis, en las que es necesario el ahorro municipal y no agrandar el espacio urbanístico, porque las implantación de infraestructuras tiene un gran coste.
Por otro lado, el equipo de gobierno aprobó el pasado jueves, 12 de noviembre, la recalificación de terrenos de las empresas Condepols y Derprosa, junto a la carretera de Montefrío, una decisión arriesgada, debido a que no ha habido un documento firmado por los trabajadores, empresa y Ayuntamiento para que continúen las factorías en una nueva ubicación en el polígono del Llano de Mazuelos. Según informaciones recibidas, en estos terrenos se pueden construir unas 600 viviendas, entre unifamiliares y pisos, lo que aumentaría el stock de vivienda en el municipio.
Igualmente, también se aprobó el pasado jueves, la Unidad de Ejecución número 4, denominada Consolación que cuenta con una superficie de edificabilidad de 4.333 metros cuadrados de techo, es decir que también se podrán construir en esta zona diversas viviendas.
Vecinos de la zona norte alcalaína, donde viven ciudadanos de clase media y obreros, han solicitado continuamente más infraestructuras para esta zona y que no se expanda el municipio por el sur. Alegan que la zona de sus viviendas está bastante retirada del centro urbano y cuentan con hijos que tienen que trasladarse a los diversos colegios del municipio, con el consiguiente gasto para los padres porque tienen que coger el automóvil para trasladarlos, a pesar de que hay un autobús escolar, pero no pasa por todas las calles. Igualmente, se sienten discriminados por no tener infraestructuras adecuadas en estos barrios, como son escuelas de primaria y secundaria, centros deportivos o incluso supermercados para las habituales compras. Todo ello, reiteran que les va en contra de sus bolsillos porque para hacer cualquier compra tienen que coger el automóvil.
Mientras tanto, el equipo de gobierno ha prometido equipamientos e infraestructuras para la parte norte, aunque hasta el momento las principales no se han llevado a cabo, tan solo una pista polideportiva, bastante deteriorada y algún parque infantil, realizado con el Plan Proteja de la Junta. Los equipamientos que la población de estos barrios necesita aún está por venir.
En definitiva, sectores de la población han criticado la política expansiva del gobierno local, llevando a la población hacía la zona sur, mientras el centro y el norte tienen viviendas vacías. Y todo ello, en un momento en que la población alcalaína se ha estancado en unos 22.000 habitantes, y por ello existen viviendas vacías para acoger tanto al incremento de población que tenga el municipio, como a los posibles inmigrantes que se queden a vivir aquí. Además, también el equipo de gobierno está potenciando el Plan de Rehabilitación Urbana con la Junta de Andalucía, un proceso que lleva varios años funcionando y que ha realizado obras de rehabilitación de vivienda tanto en el casco urbano como en las aldeas.